El arte es, por excelencia, una oportuna manera de desarrollar aptitudes que nos enriquecerán como seres humanos, denotando en nosotros cierta elevación cultural. Les contaré, como experiencia personal, lo que el arte poético y, en si, la escritura, lograron en mi. Yo era un muchacho sin capacidad para redactar ni escribir nada, en ése aspecto no me destacaba, así fue hasta los dieciséis años de edad, en aquel día, por propia voluntad, me impuse estudiar sinónimos y antónimos. A la par iba independientemente investigando sobre una diversidad de temas entre los cuales sobresalían literatura, historia, política, libros de toda índole, etc. Valorizaba y valorizo todo libro que pueda contribuir a mejorar mi lenguaje. Así fue como comencé a adquirir cierta destreza para redactar y comunicarme correctamente. Siendo sinceros, aún me encuentro bajo un severo aprendizaje porque soy consciente que me falta mucho por prosperar.
En la vida nos damos cuenta que los seres humanos nunca terminamos por descubrir y destacarnos totalmente, siempre nos falta algo, por eso debemos dar todo nuestro potencial. Sólo así seremos los mejores.
Les manifiesto esto porque el arte del buen escribir concede un mejor hablar. La sociedad humana se fundamenta básicamente en su forma de dialogar, de comunicarse, de expresar ideas y sensaciones lo más concretamente posible. Eso ha hecho, en todos los tiempos, grandes a las naciones.
El rasgo, que yo considero más fascinante de la literatura, es la poesía. Un lenguaje enigmático y soberbio. Éste arte ha actuado en mi de forma directa, cambiando mis nociones en varios aspectos, eso no quiere decir que haya flaqueado en mis ideales, todavía soy fiel a ellos, consecuentemente la poesía ha hecho que yo reafirme mi compromiso por descubrir el núcleo existencial de la vida humana.
Por otra parte, el desarrollo natural que se contempla en el ámbito de las letras ha decaído inconmensurablemente. Las personas ya no están dispuestas a leer consuetudinariamente, han dejado a un lado el hábito del saber y, con preocupación, lo han reemplazado con tareas de ínfima satisfacción. Esto es el resultado de una precaria preparación auto-didacta, es decir, algunos seres humanos rechazan la lectura y la escritura diaria, los discursos, de hoy en día, no están lo suficientemente dotados de riqueza dialéctica, los interlocutores adolecen de amplia locuacidad. Las grandes y contributivas reflexiones han sido postergadas y reemplazadas por nimias y mundanas chácharas cotidianas, indicando una dilatada degradación en los esquemas profundos de una sociedad, que con urgencia, requiere de inoculaciones en aptitud para enriquecer una alicaída sabiduría.
Toda aptitud requiere, sin discutir, de un innato talento. Cultivando y desarrollando ése talento se puede llegar muy lejos. Depende del hombre que desea profundizar su talento que le aplique mucho interés a éste. De ese modo, éste hombre, se encontrará facultado de dones, que en el pasado, se hallaban dormidos. Destacando en diversas ramas de la interlocución: desde la política hasta el arte, literatura, escritura y por qué no, también en una plática convencional sin vital relevancia. Todo esto llevará a la persona a un estado de neo-conocimiento, prescindiendo de palabras vacuas y comunes, forjando e instalando un dialogo más amplio en terminologías atípicas y conceptos innovadores.
Gozar de un abundante léxico te permitirá profundizar con facilidad rincones que antes te atemorizaba investigar, entenderás mejor y analizarás mejor. No se trata de "hablar bonito o sofisticado" sino de estar conscientes de nuestro apabullante lenguaje español.
La tecnología viene trayendo consigo un formidable trabajo, permitiendo las comunicaciones a distancia, que la noticia llegue a los más alejados rincones del mundo, hasta allí ha cumplido su objetivo. Sin embargo, llega el momento en donde las comunicaciones por Internet se reducen a un monosílabo. Eso trae consecuencias negativas para la preservación del arte del buen hablar. Las futuras generaciones se verán afectadas dialéctica y ortográficamente, puesto que, la mayoría de jóvenes escriben incorrectamente cuando "chatean." Variará y disminuirá el porcentaje negativo en la medida que reparemos esos errores y seamos sensatos para no maltratar el fulgor de nuestro lenguaje comunicativo.
Mi filosofía es: debe de suscitarse primero en ti la VOLUNTAD, para que halla DECISIÓN, y de esa manera llegue la ACCIÓN. Sin esas premisas no existe cambio alguno.
Tampoco estoy afirmando que "las palabras hacen al hombre", porque al fin y al cabo, "las palabras se las lleva el viento". Tampoco quiero que seas un charlatán farolero de "poca monta." Esa no es mi voluntad. No obstante deseo dejar en claro que no todos los seres humanos somos iguales, nos diferenciamos en nuestra manera de comportarnos, de hablar, de razonar y de pensar. Pero es momento de divulgar, de manifestarnos y de salir airosos en todo aspecto. Depende de cada quien en dónde quieres cultivarte, puede que sea en las matemáticas o en las letras, lo importante es que siempre seas el mejor de tu campo intelectual.
Si anhelas ser un eximio comunicador y hablar elocuentemente, haz los pasos que anteriormente te he propuesto. No esperes que te ofrezcan una exposición o un discurso frente a miles de personas para demostrar tus dotes como orador o disertador, sino en cada conversación que tengas (así sea con tus padres o amigos) lo hagas de manera tan efectiva que puedas demostrar que te destacas hablando con elegancia, esmero y elocuencia.
Recuerda que para caminar es imprescindible primero aprender a gatear. Si deseas hablar eficazmente necesitas primero escribir con contundencia; y ten en mente esto, que para cada auditorio siempre hay una retórica distinta. No vas a hablarles a tus amigos con un lenguaje de filósofos porque jamás te comprenderán y se mofarán de ti pero puedes sobresalir sutilmente. Siempre intenta porque cada ocasión es propicia. No lo dudes.
Recuerda que para caminar es imprescindible primero aprender a gatear. Si deseas hablar eficazmente necesitas primero escribir con contundencia; y ten en mente esto, que para cada auditorio siempre hay una retórica distinta. No vas a hablarles a tus amigos con un lenguaje de filósofos porque jamás te comprenderán y se mofarán de ti pero puedes sobresalir sutilmente. Siempre intenta porque cada ocasión es propicia. No lo dudes.
Espero que lean todo esto y les sirva de ayuda. Un saludo para todos ustedes.
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