Hace un par de días las noticias mundiales habían hecho notar un suceso poca veces visto. Algunos ciudadanos amantes de la tecnología en Japón habían pernoctado en las afueras de las tiendas para comprar la última invención de la compañía Apple: un Iphone 5. Lo sorprendente es que la prensa internacional haya pasado por alto esta extraña actitud de las personas por adquirir un objeto cuyas dimensiones escapan de toda lógica racional. El materialismo ha hecho del humano un ser consumista, frío y frívolo; despojándolo de toda conexión real con lo que le rodea, llevándolo a reducir su existencia a un aparatejo cuyas dimensiones no sobrepasan los pocos centímetros. Japón es un país, que por sabidas razones, se destaca por la amplia gama de objetos tecnológicos y por su facilidad de acceso a ellos. Sin duda han prosperado económica y tecnológicamente pero esta actitud frenética por comprar un artilugio pone en duda el progreso humano de la sociedad nipona. Destaco lo que el psicoanalista Freud decía: “En las próximas décadas habrán seres humanos con prótesis”. Freud quería decir que habrá gente que no estará capacitada para vivir sin objetos externos ya sea los actuales celulares, los Iphone, los auriculares, etc. Lo visto hoy en día prueba la certeza de esta teoría freudiana.
Mientras más avanzan los años y las décadas las personas sienten como parte suya estos objetos materiales, muy pronto las relaciones cibernéticas suplantarán las relaciones personales directas, de este modo la humanidad entra en una suerte de frenesí individualista y materialista trayendo como consecuencia la deshumanización y su deseo por obtener cada día más cosas perpetuando una existencia fuera del contacto humano y cerca de un contacto más artificial. La compañía Apple, productora de este Iphone 5, es una de las de mayor éxito en el mercado, sus acciones se incrementan a diario y les ha traído consigo retribuciones monetarias nada desdeñables, pero ¿qué pasa con la psiquis de las masas? ¿Los hombres se quedarán tristes al no obtener lo último de la moda, lo que ellos quieren? Lo que probablemente pasa es que el ser humano se vuelve dependiente de la tecnología, lo considera como parte indispensable de su desarrollo en la vida, lo cual está gravemente mal porque el hombre sacrifica su independencia por una cosa. El hombre ha nacido bajo la sagrada libertad y su vida no debería ser perjudicada si no consiguen lo “último del mercado”. A veces pienso que las personas valoran más los objetos que la propia vida. Esto se llama fanatismo tecnológico del siglo XXI puesto que utiliza sus recursos para comprar algo, que valgan verdades, no es fundamental; es una cuestión frívola y algo absurda el poder “vigilar” las puertas de las tiendas para ser los primeros en adquirir algo. Las personas de la actualidad concentran su atención y divulgan su vida a través de las redes sociales, de los Iphones, etc. Las personas ya no valoran la privacía y la mesura. A los grupos económicos les resulta bien esta clase de consumos porque genera un record de ventas pero estos sucesos son hasta, cierto punto, bochornosos.
A los jóvenes en la calle se les ve con sus audífonos o con sus Smartphone y tienen un semblante como si se hubieran desconectado del mundo, hasta se olvidan de los peligros que les rodea. Esto es muy grave. A la prensa le podrá parecer chistosa esta situación pero para mí es una muestra de que las masas se dejan impactar con facilidad por los productos que expenden ciertas compañías, esto beneficia a los consorcios pero actúan en detrimento de las personas, de su humanidad y hasta de su propia dignidad.
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